HACIA LA SERENIDAD | Henri Michaux








Aquel que no acepte este mundo no construirá en él casa alguna. Si siente frío, lo siente sin tener frío. Tiene calor sin calor. Si tala álamos blancos, es como si no talase nada; pero los álamos blancos están ahí, por el suelo, y él recibe el estipendio convenido, o bien sólo recibe golpes. Recibe los golpes como un donativo sin significado, y parte sin asombrarse. Bebe el agua sin tener sed, se hunde en una roca sin el menor malestar. Con la pierna fracturada, bajo un camión, conserva su aire habitual y sueña en la paz, en la paz, en la paz tan difícil de obtener, tan difícil de conservar, en la paz...
Sin haber salido nunca, el mundo le es familiar. Conoce bien el mar. El mar está constantemente debajo de él, un mar sin agua, pero no sin olas, pero no sin extensión. Conoce bien los ríos. Los ríos lo vadean constantemente, sin agua pero no sin languidez, pero no sin torrentes repentinos. Huracanes sin viento lo acometen con furor. La inmovilidad de la Tierra es también la suya. Carreteras, vehículos, rebaños infinitos lo recorren y un enorme árbol sin celulosa, pero muy arraigado, madura en él un fruto amargo, amargo muchas veces, raramente dulce.
Así apartado, siempre solo en cualquier cita, sin retener jamás una mano entre sus manos, sueña, con el anzuelo en el corazón, en la paz, en la condenada paz lancinante, la suya, y en la paz que se dice que está por encima de esa paz.















CASAdeÁNIMAS | Antilogía de Fabulaciones




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GESTOS | Por Sergio Francisci




 



Los escritores fabulan árboles. Y en un gesto que cuenta su hacer porfían en talar árboles para crear hojas de papel.

Los árboles fabulan bosques. Y en un gesto que cuenta su hacer porfían en crear aire para que sus verdugos respiren.













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LUNATISMO I | Por Silvina Vital




 


Dos millones de suspiros veinte mil aleteos de mariposa tres minutos de cosquillas en el estómago una milla de viento de otoño un puñado de rayos de sol una miríada de sonrisas un millón de destellos de Antares cincuenta mil caricias de piel dos botellas de lágrimas de amor cinco cajas de inocencia un baúl de ilusiones tres mil vuelos de colibrí siete arco iris seis toneladas de gotas de lluvia quince minutos de emoción profunda diez milagros inadvertidos ochenta mil parpadeos de ojos enamorados una lista infinita de palabras de amor...

todos hipotecados por el hombre rico para pagar su lote en la luna...











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INVIERNO | Por Sergio Francisci




 


Cuando el invierno llegue para siempre será de noche.

Cuando el invierno llegue para siempre será la noche eternamente.
Cuando el invierno llegue para siempre la humanidad dejará de existir en el mundo.

Al mundo, la extinción de una especie de bípedos, le será indiferente. Salvo por una cuestión sentimental: cuando el invierno llegue para siempre ¿quién le contará cuentos a la noche?












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