Sergio Francisci | Mañana es mejor

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Sergio Francisci | Mañana es mejor


- Mañana es mejor: habremos nacido un poco más.
- ¿le parece?
- Sée… se lo digo yo que ando cayendo alrededor del mundo. Cayendo y cayendo alrededor del mundo en una órbita que parece perpetua.
- Mireusté, caer alrededor de las cosas es como no tener un lugar.
- Maso. Y encima uno se acostumbra a mirar el mundo como quien observa un grano de arena en el desierto.
- ¿y eso es malo, viejo fabulero?
- De tanto ver un grano de arena puede usted mañana olvidar el desierto universal.
- granos de tiempo, mañana
- mañana tuve un jardín donde florecieron raíces
- esa es una idea oscura, no hay viaje a la semilla en estos tiempos
- Mañana es mejor: habremos nacido un poco más.

- “pinta tu aldea…” seduce la voz del Conejo de la Luna. Falaz, apóstata, ilusorio: fabulante. Ya lo vimos en otras lunas. Ciertas constelaciones lo prefieren romántico, señor blablador.

- que se inscriba entonces en las constelaciones del universo y que procedan mis labios a besar los caminos de tu cuerpo…

- Eso, siga por ahí
- si no ponés cuidado en el jardín, mañana puede ser nunca
- mañana quiero florecer tu vida, mañana después de la noche, mañana antes de la noche, mañana
- mañana voy a verte nunca dicen las redes donde el río del cielo.
- porque lo prohibido en el río puede pecarse en el cielo y a cielo revuelto, ganancia de pecadores.
- ¿y qué hago con estas notas?
- lleve, mañana me escribe algo

- mañana otra vez ayer
- y ojo con dejar para mañana lo que puede deshacer hoy
- ¿por?
- y, hoy usted pugna por algo
- sí
- está bien eso, pero sólo hoy
- ¿por?
- es un asco que mañana vuelva a pugnar por ese algo
- ¿por?
- porque mañana usted habrá de re-pugnar

- Mañana es mejor: habremos nacido un poco más.
- Tabién… vaya, que yo le sigo cayendo y cayendo alrededor del mundo en una órbita que parece perpetua.

- ¿Hoy se escribe lo que pasa o se escribe hoy para que pase mañana?

- Hagamos la prueba. Le escribo. Le abro las hojas a la tarde. Mañana, una letanía de domingo se irá por calle Italia hasta el río. Paranada. El río. Paso por la esquina desnuda de milagros. En una frágil mirada que se torna bruma le hago un cuenco de besos. Y se lo cuelgo en un eclipse que pasa. Para que se lo deje en ojos de gatos de agua y conejos voladores. Mis mejores compañías esperantes.

Bueno, vamos, ya es suficiente por hoy. Hágame un favor, que en verdad ando cayendo y cayendo alrededor del mundo sólo para alcanzar a la luna. Si la ve por ahí. Dígale usted que de amarla existo.

- ¿Algo más?
- Y, un deseo: si me encuentran, busquenmé. .




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